El agotamiento emocional

21 Junio

21 Junio 2019 por FEUSO | Noticias

¿Te has sentido alguna vez agotado emocionalmente? En algunos momentos de nuestras vidas pasamos por situaciones de estrés, problemas, exigencias personales y laborales, que si se extienden en el tiempo pueden provocar que nos agotemos emocionalmente. El agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo, de cargar con la responsabilidad de asumir conflictos, responsabilidades o estímulos de tipo emocional o cognitivo. Es una experiencia en la cual la persona siente que no tiene la capacidad suficiente para afrontar el día a día a nivel psicológico y tiene un nivel de fatiga mental que puede llegar a ser incapacitante. Esta fatiga es el resultado de exigirle a nuestro sistema más de lo que puede dar, o bien, de no darle tiempo a que se recupere entre desafío y desafío.

Al agotamiento emocional no se llega de un momento a otro. Se trata de un proceso que se incuba lentamente, hasta que hay un punto en que la persona se desploma y le produce un colapso, porque literalmente ya no aguanta más.

Aunque el agotamiento emocional genera la sensación de estar constantemente abrumado, sobrepasado y con una sensación bastante real y «objetiva» de estar fatigados mentalmente, suele estar acompañado de una gran fatiga física. Cuando sobreviene, hay una sensación de pesadez, de imposibilidad de seguir adelante. Todas estas sensaciones, nos impiden avanzar: la más pequeña de las tareas se convierte en una rampa muy empinada por la que no podemos subir o lo hacemos con gran esfuerzo.

Lo usual es que la persona agotada carezca de tiempo para sí misma. Tampoco recibe el reconocimiento, el afecto o la consideración suficientes. Se espera de ella que “rinda” todo el tiempo. Como si no tuviera necesidades, o como si fuera más fuerte que el resto y pudiera aguantarlo todo.

Cómo detectar el agotamiento emocional

Para identificar si tienes agotamiento emocional primero has de indagar un poco sobre qué situaciones o problemas has tenido en los últimos meses. El agotamiento emocional requiere de una acumulación de exigencias y estrés y, además, puede aflorar una vez que ya has solucionado tus problemas o una vez que ya «ha pasado la tormenta». Con lo cual, has de explorar si has pasado por alguna situación en la que se te ha exigido mucho o en la que has tenido que estar constantemente alerta y con muchos pensamientos en tu cabeza.

Los síntomas iniciales del agotamiento emocional son:

  • Cansancio físico. La persona se siente fatigada con frecuencia.
  • Irritabilidad. Hay molestia y pérdida del autocontrol, con cierta frecuencia.
  • Falta de motivación.
  • Distanciamiento afectivo. Las emociones comienzan a ser cada vez más planas. Como si en realidad no sintiera prácticamente nada.
  • Hipersensibilidad a la crítica.
  • Dificultades para pensar.
  • Somatizaciones, como pueden ser dolores de estómago, espalda, cervicales o cabeza más de dos veces a la semana.
  • Problemas de concentración y sensación de pérdida de memoria.
  • Falta de motivación o bajo estado de ánimo bajo.
  • Sensación de estar sobrepasado y sin fuerzas para continuar.
  • Problemas de sueño (insomnio de conciliación, mantenimiento o tardío).
  • Consumo de sustancias (especialmente alcohol y drogas).
  • Dificultad para conectar con el aquí y ahora.

Consecuencias del agotamiento emocional

Si los síntomas del agotamiento emocional no son atajados a tiempo, pueden aparecer problemas graves como el trastorno depresivo mayor, los trastornos de ansiedad (por ejemplo, pánico o ansiedad generalizada) y enfermedades médicas como úlceras o problemas gastrointestinales.

El agotamiento emocional trae importantes problemas de autoestima, principalmente porque la persona se siente sobrepasada y deja de recordar sus logros y confiar en sus capacidades. Bajo el paraguas del agotamiento emocional, crece la sensación de incapacidad, de ser muy pequeños en un mundo muy grande.

 

Consejos para combatir el agotamiento emocional

 

  1. Marca límites y date oportunidades; permítete los fallos.

Es necesario reorganizar tu estructura vital. Es el momento de recuperar la asertividad y mejorar la autoestima. Si te concedes este permiso, podrás disfrutar lo que ellos te ofrecen: una oportunidad para aprender. Así, cada reto que emprendas nunca será una inversión que dé solo pérdidas. Dejarás de considerarla así y, por lo tanto, dejará de alimentar tu diálogo interno negativo: ese que agota, y mucho.

  1. Busca momentos en los que puedas relajarte y descansar.

Para vaciar la mochila del agotamiento emocional, va a ser necesario que pares y desconectes. Se trata de que tengas momentos que sean para ti, simplemente para distraerte y conectar con tus necesidades personales. Es fundamental desarrollar una actitud de comprensión y bondad con nosotros mismos. De lo contrario, más tarde o más temprano, será imposible seguir adelante.

  1. Realiza una lista de prioridades personales.

Intenta establecer prioridades. Para combatir el agotamiento emocional es necesario que dejes de exigirle a tu mente que rinda al máximo en tareas diversas y al mismo tiempo. Date el permiso para concentrarte en «una cosa por vez» y deja para mañana lo que no te quepa en la agenda de hoy.

Para que esta estrategia funcione tienes que ordenar de manera realista todas las tareas pendientes en función de su prioridad y no basarte solo en lo que esperan o quieren los demás.

  1. Aprender a expresar tus emociones de manera terapéutica

Saber expresar las emociones de manera terapéutica significa algo más que «decir cómo te sientes»; más bien se refiere a incorporar calidad a esa comunicación para facilitar al empatía de los demás. En este sentido, llevar un diario emocional puede ser una herramienta que te ayude mucho a expresarte y desligarte de tus pensamientos.

Recuerda que, si no expresas tus emociones negativas, como la tristeza o el enfado, estas se pueden retroalimentar

  1. Acude a un especialista.

Si intentas combatir el agotamiento emocional y no eres capaz, has de saber pedir ayuda y recurrir a un profesional que haga una evaluación y te oriente sobre qué estrategias emplear en cada caso.

El agotamiento emocional es un riesgo para la salud física y mental y hemos de saber combatirlo.

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