La (discutida) reforma del Bachillerato

El recientemente aprobado Real Decreto por el que se establece la estructura del Bachillerato y se fijan sus Enseñanzas Mínimas, sigue, como es lógico, la tónica del modelo de reforma educativa que se propugna en la LOE y con el que la Federación de Enseñanza de USO ha sido muy crítica. Un modelo en el que el esfuerzo, la constancia y el trabajo no son las cualidades más valoradas.

Se trata de una reforma con la que se quiere conseguir, a través de la flexibilización del sistema, evitar el abandono prematuro y reducir las cifras de fracaso escolar en esta etapa posterior a la enseñanza obligatoria. No es un texto negativo en su redacción, pero, al igual que el Real Decreto de Ordenación de Enseñanzas Universitarias, deja entrever futuros problemas de aplicación práctica.

Desde nuestro punto de vista, el principal punto en el que pueden surgir dificultades es en la medida que ha creado más polémica desde que se presentó el proyecto; la “partición de curso”. Es decir, el alumnado que suspenda tres o cuatro asignaturas, tiene la opción de matricularse de las suspendidas de primero y completar con asignaturas de segundo curso, siempre que no tengan correlación con las suspendidas anteriormente. Independientemente de la opinión que desde el punto de vista pedagógico podamos tener de esta medida, creemos que, en lo que respecta a la organización y la tutela de los menores, esta propuesta puede conllevar problemas de incompatibilidad horaria, sobre todo en los centros más pequeños. Así mismo, es necesario acotar la optatividad de las materias a elegir, ya que, la variedad de las asignaturas suspendidas será alta.

Por otro lado, una de las principales carencias que se aprecian en esta reforma, es la falta de perspectiva a largo plazo. El Bachillerato ya no es sólo la puerta a la formación universitaria, también se accede a través de él a ciclos de formativos de grado superior de Formación Profesional. Lo lógico, es que se hubieran planteado dos tipos de Bachillerato; uno pensado para los que quieran continuar sus estudios en la universidad, y otro para los estudiantes que opten por los citados ciclos formativos.  

En conclusión y a pesar de nuestra posición crítica, deseamos que con la aplicación de esta reforma, se cumpla el objetivo de disminuir el abandono y que a través de la flexibilización de la estructura, se consiga una mayor implicación, madurez y responsabilidad del alumnado.

Sara García
Federación de Enseñanza de USO-La Rioja

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