Crece la polémica sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía

03 Julio

03 Julio 2007 por FEUSO | Noticias

Durante el debate de tramitación y aprobación de la LOE, la Federación de Enseñanza de USO mantuvo en todo momento una actitud crítica con esta Ley. Nos parecía un regreso a los dogmas educativos y pedagógicos de la LOGSE, ley que cosechó un gran número de frutos amargos: aumento de los índices de fracaso escolar, incremento de los índices de abandono prematuro del sistema, bajo nivel académico, etc.

La Federación de Enseñanza de USO participó y lideró todas las movilizaciones que se hicieron contra la LOE porque pensábamos que sus propuestas no iban a corregir los problemas. Por eso, nos opusimos en su momento a la implantación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, asignatura que, curiosamente, no era una demanda de la comunidad educativa y que ha sido al final una imposición de carácter estrictamente político. Lo que realmente están pidiendo los profesionales son medidas eficaces para mejorar el ambiente de trabajo y convivencia de los centros,  para prestigiar y reforzar la función docente, para mejorar la atención a todos los alumnos según sus intereses y capacidades, para disminuir las preocupantes cifras de fracaso escolar que hay en nuestro país. De forma sorprendente, a todas estas cuestiones el Gobierno ha respondido inventándose una nueva asignatura que lo único que ha conseguido ha sido sembrar la polémica y la división entre los sectores educativos, tanto por sus objetivos como por la manera en que se están elaborando sus contenidos.

 Desde la Federación de Enseñanza de USO, aun compartiendo algunos de los objetivos de la Educación para la Ciudadanía, tenemos la sensación de que todo se ha hecho de una manera precipitada y chapucera. A la hora de implantar esta asignatura en los centros educativos quedan todavía muchas cosas en el aire, como los contenidos finales y qué profesores la van a impartir. A lo largo de su elaboración las cosas no se han hecho bien –no se ha dialogado con todo el mundo-, ni tampoco se ha contado con la opinión de los profesores que, una vez más, ven cómo la educación se convierte en interesado campo para el enfrentamiento político.
 Después de ver en qué consiste finalmente la nueva asignatura en los decretos ministeriales de Educación Primaria, Secundaria y el borrador de Bachillerato, reiteramos nuestra valoración: no era necesaria una asignatura como EpC. Además, su diseño es defectuoso e incoherente. Persigue competencias con difícil conexión hacia los bloques de contenidos propuestos y, finalmente, fija unos criterios de evaluación con una arbitrariedad que manifiestan un escaso rigor académico y que condena la asignatura al “cajón de las marías” de cada curso.
La respuesta de un importante número de padres y de organizaciones educativas oponiéndose a esta asignatura nos parece un hecho que el MEC y las Administraciones Educativas deberían respetar y tener en cuenta.

Por ello creemos que desde el MEC  se debería hacer un mayor esfuerzo de diálogo para restablecer un consenso más amplio con la comunidad educativa. Asimismo pensamos que debería rediseñarse la asignatura para que verdaderamente se asemejara a sus homólogas europeas y que se impartiera con unos objetivos y unos contenidos similares.

FEDERACIÓN DE ENSEÑANZA DE USO
3 de julio de 2007

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