EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

09 Octubre

09 Octubre 2015 por FEUSO | Noticias

Algunas de las circunstancias económicas y políticas actuales han puesto de manifiesto el valor de la solidaridad en nuestra sociedad. Gracias a nuestras vivencias y a nuestras experiencias aprendemos a ponernos en el lugar del otro, nos acercamos al sentimiento del igual y lo hacemos nuestro.

El historial emocional de cada individuo afecta al grado de empatía que cada uno tenga. Es decir, cuanto más sabemos, más leemos, más experimentamos y más hablamos con los demás, más empatía mostramos. La solidaridad nace de eso.

La solidaridad es un valor que se puede definir como la toma de conciencia de las necesidades de los demás y el deseo de contribuir y de colaborar para su satisfacción. Se trata de un valor que hay que fomentar tanto en la familia como en la escuela, así como en otros ámbitos.

La solidaridad es la virtud por la cual nos mostramos unidos a otras personas, compartiendo sus intereses, inquietudes y necesidades. Por lo tanto, este valor es un complemento de la justicia que, para desarrollarse, necesita de las actitudes de otros valores como:

  • La empatía para ponerse en el lugar del otro y ver las situaciones desde su punto de vista.
  • La compasión para analizar las cosas con el “corazón” y sentimientos de fraternidad.
  • La comprensión desde el reconocimiento de la dignidad personal del otro, o la ayuda para pasar a la acción y realizar actuaciones para modificar las circunstancias desfavorables de los demá

La solidaridad y el altruismo conllevan actitudes para el servicio a la sociedad y alcanzan su verdadera dimensión si, para ayudar a otros, se renuncia a beneficios propios que son muy valorados.

La solidaridad se enseña a los niños a través de muchas formas y en distintas situaciones cotidianas. Los niños necesitan recibir ayuda de sus padres para establecer relaciones positivas con las personas de su entorno y reforzar las conductas solidarias hacia ellas. De este modo, contrarrestan el ejemplo que reciben constantemente de conductas negativas y contravalores como el egoísmo, la envidia, la intolerancia, la ambición, el autoritarismo, el abuso, etc.

A menudo nos preguntamos cuál es la mejor forma para enseñar valores importantes como la solidaridad a nuestros hijos. El ejemplo es siempre la mejor escuela, ya que la verdadera educación en valores consiste en la transmisión de las conductas. Los niños aprenden mediante modelos y resulta difícil pedirles a los niños que sean solidarios si no ven, habitualmente que su entorno más próximo no lo es.

 solidaridad

En general, los niños aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos porque son imitadores, están pendientes de todas nuestras actuaciones. Por este motivo, muchos expertos aseguran que los valores se van adquiriendo de forma inconsciente en el núcleo familiar. Por lo tanto, si queremos fomentar la solidaridad, lo más recomendable es que el niño viva en un hogar donde siempre haya oportunidades para ayudar a los demás y donde se escuchen mensajes en pro de la solidaridad.

Inculcar valores a los niños es una tarea que debe iniciarse cuando el niño es pequeño.

Los niños y las niñas serán los hombres y mujeres de mañana y una de las maneras de dejarles para el futuro un mundo mejor es inculcarles valores tan necesarios para la sociedad como la solidaridad, ya que constituye uno de los valores humanos por excelencia, uno de los más importantes porque la solidaridad es necesaria para construir un mundo mejor. Ayudar a quienes lo necesitan, sin tener la obligación de hacerlo, sólo por satisfacción personal, es un acontecimiento gratuito único para la persona. Encontrar el sentido de estas actuaciones para tomar decisiones en consecuencia es una de las mejores enseñanzas que podemos transmitir a los niños durante su infancia.

¿Qué podemos hacer para fomentar la solidaridad?

Sobre todo, como hemos dicho, transmitir este valor a través de sus actuaciones diarias y cuidar sus actitudes en las relaciones interpersonales, pero también:

  1. Comentar las situaciones insolidarias que se dan en las informaciones de televisión u otros medios de comunicación y buscar posibles soluciones.
  2. Estimular el valor de la gratitud. Explicar a los niños y niñas que existe otra realidad más allá de su mundo próximo y hacerles ver lo afortunados que son.
  3. Fomentar las conductas responsables. Para ello, realizar pequeñas acciones como puede ser donar alimentos, o incluso una pequeña limosna, y preguntarles cómo se sienten tras haber ayudado a una persona que lo necesitaba.
  4. En situaciones cotidianas en las que el niño se muestre poco solidario, provocar su reflexión con frases como: “Si eso te ocurriera a ti, ¿te gustaría que te tratasen igual?, ¿Cómo te sientes tú cuando te hacen eso a ti?
  5. Ser solidario no es sólo dar dinero. Los padres deben enseñar a sus hijos el valor de los gestos, que tan importante como la ayuda material es la actitud con la que se hace y que hay solidaridad que nada tiene que ver con el dinero. Desde pequeño los niños deben aprender a ceder en las disputas, ayudar en casa, dejar su asiento a una persona mayor, compartir juguetes...
  6. Ayudar a los hermanos, primos y amigos. Los niños en su ámbito más cercano se relacionan con niños y es en esta relación donde se empieza a gestar la solidaridad. Así, ayudar a un hermano pequeño con los deberes o a un amigo con una tarea difícil, es una buena forma de empezar a ser solidarios
  7. Conocer que existe otra realidad social y otros niños menos afortunados. Para que los niños desarrollen la empatía es fundamental que se acerquen a la realidad de otras personas. Explicarles que hay niños que no tienen lo que ellos, que sufren necesidades y que se les debe ayudar, es la mejor forma de que aprendan la necesidad de compartir
  8. La necesidad al alcance de la mano. Las personas que necesitan de nuestra solidaridad no están sólo en los países del tercer mundo. Los padres pueden enseñar a los niños que muchas ONGS trabajan con niños, mujeres y colectivos con necesidades en su ciudad.
  9. Regalar ropa y juguetes que ya no utilicen e incluso renunciar a un regalo suyo para darlo a otro niño con más necesidad.
  10. Ver una película, leer un libro con temática social o aprender jugando. Es una buena forma y entretenida para que los pequeños de la casa aprendan poco a poco a conocer más sobre valores relacionados con la solidaridad.
  11. Es muy importante la comunicación porqué fomenta la confianza de los niños a las enseñanzas y a la transmisión de valores.
  12. Para promover valores pro-sociales como la solidaridad, es necesario que el niño reciba una educación en un entorno afectivo y comunicativo positivos, que el niño tenga libertad para expresarse.
  13. En la escuela, se debe trabajar la empatía en los niños, es decir, el despertar de la preocupación por los demás. Que ayuden a los pequeños a llevar la mochila, que compartan material escolar a los que se haya olvidado y que se preocupen por algún compañero que esté enfermo…

 LA SOLIDARIDAD ES UNA DE LAS CUALIDADES QUE TODOS LOS NIÑOS DEBEN APRENDER PARA EN EL FUTURO AYUDAR A CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR

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