A raíz de lo leído días atrás en HOY todos comprendemos que una oposición ganada en justa lid no debía dar derechos extraordinarios aunque sí los justos.
Reconocemos el grandísimo esfuerzo que ha supuesto a algunas personas ganar estas oposiciones. Otras han tenido más suerte y a la primera convocatoria las aprobaron. Otras, con notas altísimas, aprobaron y quedaron sin plaza, o sea, volver a empezar. Otros por ser interinos tuvieron más plazas para ellos, como este año.
Sabemos que no somos más profesionales de la enseñanza por tener o no tener oposiciones aprobadas. Sí sabemos que a igual trabajo, igual remuneración, ya lo dijo un ministro de Educación.
Que unos cobren más y otros menos, que unos tengan sexenios y otros no, que unos se jubilen a los 60 años y otros a los 65, que unos tengan los sueldos bajos y otros más bajos aún son los temas que debían equipararse en un modo justo.
Sería bueno que el Sr. Fernández Vara aplicase su buen sentido común y entienda que la enseñanza empeorará en Extremadura si los maestros nos dedicamos a discutir sobre estos temas. Esperamos con fe en la enseñanza concertada la aplicación de la justicia en las responsabilidades del trabajo, en las jornadas de trabajo y en lo económico.
Mi colegio está sometido a régimen de concierto. Estamos a tope de alumnos. Bueno, pasamos los topes. Hace años llegué a tener 63 en segundo curso; entonces no había conciertos. El nº 63 era Manuel Velásquez. Manolo es testigo de lo que escribo. ¿Qué barbaridad! ¿Verdad? Eran otros tiempos. Hoy nuestro colegio tiene una puerta amplia por donde entran muchas familias de todas las tendencias que no encuentran ningún impedimento más que los límites legales que ponen las normas de escolarización.
La mayoría de los profesores educadores que conozco, de la pública y de la concertada, somos muy respetados y queridos en los lugares donde nos conocen porque a lo largo del tiempo, miles de alumnos saben cómo hemos trabajado desde el aula, no solo para enseñar el año del descubrimiento de América o explicar el teorema de Pitágoras, que esto lo hace cualquier buen profesor, sino porque sudando la gota gorda intentamos transmitir unos valores que formen el alma de cada persona. Por esto nos quieren. Por transmitir valores más que por enseñar los teoremas.
Deseo que el Sr. Fernández Vara y su equipo resuelvan pronto las cuestiones laborales o de convenios colectivos para impedir desánimos, luchas o guerras en la enseñanza que afecte a los jóvenes de nuestra tierra. Bastantes dificultades tenemos ya a la hora de educar hoy tanto padres como profesores y, en general, cualquiera que intente hacer valer las normas y leyes que rigen la convivencia.
CARLOS FERNÁNDEZ RONQUILLO.
Afiliado a F.E.U.S.O. Extremadura