{mosimage}Por fin, la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha ha tenido la deferencia de convocar el 17 de enero a la Mesa de la Enseñanza Concertada, de la que forma parte la Federación de Enseñanza de USO. Durante la misma se nos transmitieron, sobre todo, malas noticias, pues la Consejería ha decidido, como primera medida, bajar un 3% el salario bruto individual.
En primer lugar, la Administración pidió disculpas por el retraso en convocar la Mesa de la Concertada (es la primera reunión a estas alturas de curso y desde que tomaron posesión) y luego nos presentaron los nuevos cargos de la Consejería.
A partir de ahí, el viceconsejero se dedicó a lamentar la mala situación económica de Castilla-La Mancha y su absoluta falta de liquidez. Como era de imaginar con ese preámbulo, nos temíamos un asalto, que efectivamente se produjo. Al estar muy necesitados de fondos han tomado la decisión de quedarse también con un 3% de nuestro sueldo. Han decidido que, como debemos equiparar nuestras condiciones laborales a la enseñanza pública, van a empezar por igualarnos en las bajadas de sueldo. Así, ipso facto, nos van a aplicar la misma reducción que a los funcionarios públicos, que en nuestro caso se concreta en un 3% del salario bruto individual. Eso sí, lo han adornado tan bien y con tanto sentimiento, y nos han explicado tan pedagógicamente que es por nuestro bien y el de nuestra región, que casi les damos las gracias por su consideración al bajarnos sólo un 3%. Ni que decir tiene que respecto a esa reducción no nos han dejado pronunciarnos ni negociar; se va a hacer por ley y se aplicará cuando el Parlamento autonómico la apruebe.
Aparte de esa puñalada, el resto fue un continuo deshacerse en elogios hacia la enseñanza concertada, contándonos lo mucho que apuestan por ella, lo que la van a potenciar porque la consideran fundamental para resolver el problema del fracaso escolar, que pretenden equipararla con la pública, que están abiertos a todas las propuestas que hagamos, etc. Y durante bastante tiempo se dedicaron a hacer promesas de cómo van a apoyarla y mejorarla pero… al final, todo se quedo en eso, promesas. Ninguna de ellas se puede realizar a corto por falta de presupuesto.
Por tanto, las promesas las sitúan en un plano de futuro; los recortes y los impagos en el plano del presente. De momento, no tienen nada que ofrecer y sí mucho que pedir: paciencia por los retrasos en los pagos, confianza en que mejoraran la situación y credibilidad en que algún día cumplirán sus promesas. Pero de momento no han comprometido ni fecha para pagar las partidas que deben a la concertada ni a los centros de Educación Especial. A la hora de pedirles dinero es como darse contra un muro. Se preocupan y lo sienten mucho pero de pagar, ni hablar.
Después de dos horas de buenas palabras sólo ha salido un compromiso concreto, el mantenimiento del Acuerdo Marco. El resto es humo que se hará o no, en función del presupuesto. Tienen intención de prorrogar el Acuerdo Marco ya existente (en el que está incluido el contrato de relevo y la paga de antigüedad). Para ello, se ha decidido abrir una Mesa técnica para renovarlo y trabajar las nuevas propuestas que se quieran introducir. Esta mesa se ha convocado para el día 30 de enero.
Creo que el espíritu de la reunión se puede condensar en un “de buenas intenciones está el infierno lleno” y como muestra, el siguiente “botón”: están de acuerdo en que los profesores de la concertada podamos participar en los planes de formación que se realizan para la pública, solo que, fruto del recorte, se han eliminado los programas de formación. Ahora ya estamos igualados con los profesores de la pública, ninguno de los dos tenemos formación.