21 Julio
21 Julio 2021 por FEUSO | Actualidad
El MEFP reunió al fin la Mesa de la Enseñanza Concertada el 19 de julio, en esta ocasión, para informar con carácter técnico sobre el nuevo Anteproyecto de Ley de Ordenación e Integración de la Formación Profesional. Desde USO valoramos positivamente esta iniciativa porque la convocatoria de la Mesa de Negociación de la Enseñanza Concertada siempre es una buena noticia. Lamentamos, sin embargo, que durante la tramitación de la reciente LOMLOE no se procediera de la misma manera, a pesar de los reiterados llamamientos que hicimos para que fuera esta Mesa la que protagonizara el debate de los temas que afectaban al sector, muchos de ellos esenciales.
No fue así en aquella ocasión, en la que el MEFP eligió el rodillo y la imposición para sacar adelante su nueva ley, omitiendo cualquier intento de diálogo con las organizaciones más representativas del sector de la concertada y haciendo oídos sordos a las reiteradas demandas que hizo la gente en la calle durante las grandes manifestaciones y actos convocados por la plataforma Más Plurales.
En relación con el nuevo Anteproyecto de Formación Profesional, observamos que se trata de una ley muy ambiciosa, compleja y también necesaria, porque la propia realidad de la FP en sus diferentes subsectores es ya de por sí muy amplia, diversa y sobre todo cambiante. El desafío permanente al que se enfrenta la Formación Profesional es su aplicabilidad, su adaptabilidad y su continua renovación y actualización.
Sobre el texto presentado nos surgen muchas dudas, y dado el periodo estival en el que nos encontramos, será posteriormente, durante el trámite parlamentario, cuando USO podrá hacer una evaluación más detallada del Anteproyecto y aportaciones más concretas, dado que podremos reactivar las consultas con los trabajadores del sector cuando comience el nuevo curso escolar.
Con carácter previo, las prioridades que tiene USO ante el nuevo modelo de ordenación de la Formación Profesional presentado son:
1. Que, al menos, no afecte negativamente a las actuales condiciones laborales de los trabajadores del sector, por ejemplo, al establecer toda la FP como Dual, también la Básica. Ese nuevo carácter “dual” extendido a todos los actuales ciclos formativos nos parece arriesgado. Queda por despejar la incógnita de la integración del profesorado de los centros en el nuevo modelo, su papel, cómo puede resultar su jornada de trabajo y la afectación que esta medida podría tener sobre las actuales plantillas.
2. Que no reduzca el desarrollo de las nuevas prioridades de la Formación Profesional tan sólo a los centros públicos, relegando a los concertados a un papel subsidiario, como ya lo ha hecho en la LOMLOE. Contamos con una buena red de centros sostenidos con fondos públicos que tiene que ser el verdadero eje vertebrador de la nueva Formación Profesional, introduciendo las mejoras necesarias, ampliando los actuales conciertos y garantizando la complementariedad, la gratuidad y la calidad de la oferta formativa de todos sus centros aportando la financiación necesaria.
3. Que incluya una memoria económica que dote a la nueva Formación Profesional de los recursos que necesita para que puedan realizarse con éxito todos los cambios previstos, que son muchos y profundos. Esta memoria económica tendría que contar con los fondos necesarios para facilitar la homologación laboral y salarial de las condiciones de trabajo en todos los centros sostenidos con fondos públicos.
4. Que cuente con el mayor consenso posible entre todos los colectivos afectados, Administración, profesorado, centros y empresas y alumnado. Los temas educativos necesitan volver a contar con un diálogo real, efectivo y amplio, que nunca se debió perder, para integrar a todos los actores implicados en la Formación Profesional dentro del nuevo proyecto que tiene que nacer, desde el principio, como una cuestión de país, como un acuerdo de Estado.
USO trabajará junto a los docentes y profesionales del sector para que el nuevo proyecto de Formación Profesional cuente con ellos, valore y mejore sus actuales condiciones laborales y suponga un verdadero impulso para las necesidades y expectativas que la sociedad tiene puesta en esta importante materia para conseguir más empleo y de mejor calidad.