03 Mayo
03 Mayo 2016 por FEUSO | Actualidad
El 21 de abril, el Parlamento de Cataluña aprobó una proposición de ley, presentada por el Grupo Socialista, con el fin de retirar el concierto educativo, a partir del curso 2017-18, en los centros de educación diferenciada sostenidos con fondos públicos. Vaya por delante que hubo fuerzas políticas que expresaron haber errado el sentido de su voto a la hora de emitirlo y que otras dieron libertad de voto a sus diputados y diputadas. La verdad es que de cara a la opinión pública y a la comunidad educativa en su conjunto se dio un espectáculo poco edificante.
La Ley de Educación de Catalunya (LEC) fue aprobada en 2009 con un amplio apoyo político del Parlamento, configurando un sistema educativo de titularidad diversa (pública y privada concertada), con igualdad de derechos y obligaciones que permite el respeto al derecho de las familias a la elección de centro y a la libertad de creación de centros docentes, ambos reconocidos por el ordenamiento jurídico actual, que también contiene la gratuidad de las enseñanzas consideradas obligatorias.
La mayoría de las escuelas del servicio de educación de Cataluña son centros mixtos, es cierto, pero no hay en la LEC ninguna disposición o norma que imposibilite la entrada de centros de educación diferenciada y, por tanto, que puedan ser concertados por la Generalitat de Cataluña. Las escuelas de educación diferenciada son elegidas año tras año por los padres y madres que, en el ejercicio de su libertad, consideran que ese modelo es el mejor para la educación de sus hijos. Lo hacen con total libertad y en conciencia con sus pensamientos. Nadie está obligado a ir a estos centros.
El derecho de elección de las familias no puede tener más límite que una razonable disponibilidad de puestos escolares, porque, de no ser así, entraríamos en una discrecionalidad de la Administración contraria a los derechos de las personas.
La proposición aprobada el día 21 no es un ataque exclusivo en la escuela diferenciada: es un ataque a la libre concurrencia de modelos educativos que ofrece la escuela concertada. Lo que se está limitando con esta proposición es el derecho de elección de las familias. Se comienza eliminando el concierto de una pequeña parte para acabar con la verdadera intención de liquidar la propia existencia de la escuela concertada.
Debemos prestar mucha atención a las iniciativas políticas que se plantean en todos los ámbitos. Hay corrientes sociales que no entienden la pluralidad que siempre hemos defendido desde FEUSOC y están dispuestas firmemente a acabar con el sistema de pluralidad educativa del que nos dotamos al inicio de la democracia e ir hacia un estatalismo educativo.
Porque la existencia de escuelas públicas y concertadas de diferentes tipologías no es un problema, es una riqueza, y en ningún momento, en una sociedad libre y democrática como la nuestra, debemos permitir que nadie nos condicione a tener un único tipo de escuela para nuestros hijos.
Si un centro educativo tiene suficiente matrícula, habrá que considerar que ha sido elegido como centro de referencia para muchas familias, a las que debemos respeto, como sociedad plural y democrática a la que pertenecemos.
Por último, pedimos a los grupos políticos que participaron y formaron parte del consenso de la LEC que sean coherentes con el modelo de convivencia que legislaron y que tanta estabilidad ha aportado a la educación en Cataluña.
