27 Febrero
27 Febrero 2019 por FEUSO | Madrid
Una delegación del Secretariado Federal de FEUSO y de FEUSO-Madrid acudió el 27 de febrero a un nuevo Desayuno de Educación que organiza la confederación de padres y madres de alumnos COFAPA. En esta ocasión, el invitado fue Miguel Barrero, Director de Educación de la Fundación Santillana y presidente del Gremio de Editores de España. Barrero habló sobre la educación que necesitan los alumnos en el contexto actual, en plena revolución digital, educativa y laboral.
La educación está viviendo hoy día una serie de cambios drásticos que están acometiendo de manera singular y casi única los propios centros educativos, líderes a la hora de enfrentarse a estos cambios, con programas y metodologías innovadoras y revolucionarias. No son cambios que se puedan generalizar y que en muchas ocasiones puedan figurar en una Ley de Educación, pero reflejan un profundo cambio de paradigma educativo, asediado por las nuevas tecnologías, la globalización y la digitalización.
Esta nueva educación, cada vez más activa en tantos y tantos centros, va a exigir un nuevo tipo de docente, volcado también en las enseñanzas básicas y, a la vez, en las posibilidades que aportan, que no son pocas, las nuevas tecnologías. Además, si la escuela quiere estar en contacto con la realidad laboral y social, deberá ver qué tipos de empleos son los que las empresas demandan, para adaptar el mundo de la escuela a esas tendencias, cada vez más normalizadas.
En su intervención, muy amena, Barrero habló de algunas tendencias que se están imponiendo a un ritmo vertiginoso. Las tareas físicas y repetitivas van a desaparecer del mundo laboral y cada vez van a ser más necesarios trabajadores que asuman las posibilidades de la automatización, la inteligencia artificial, la robotización. El teletrabajo va a desarrollarse mucho más. Y en este contexto van a ser más necesarias que nunca las competencias socioemocionales, destrezas que hoy día apenas tienen cabida en la escuela y que en el día de mañana se generalizarán.
Lanzó Barrero también algunas predicciones de cara al futuro. La economía va a girar hacia Asia y habrá más migraciones, lo que va a exigir una formación intercultural con escuelas más heterogéneas; se va a potenciar la educación en la ciudadanía, dando valor a la participación democrática y a la eliminación de las desigualdades; la amenaza del cambio climático y de la inseguridad va a provocar un aluvión de nuevas profesiones; otro factor que va a condicionar el futuro inmediato es el envejecimiento de la población y el aumento de las aplicaciones en Internet y la proliferación de delitos cibernéticos, que habrá que combatir. También destacó Barrero las consecuencias de los cambios familiares que estamos viviendo en las primeras décadas del siglo XXI.
¿Está la educación preparando a los alumnos para todo esto? El autor duda de que la educación, salvo profesores y escuelas innovadoras, formen a los alumnos en esta dirección, que tiene implicaciones directas en los procesos de aprendizaje, en la manera de impartir los conocimientos y en el tiempo y el espacio dedicados a la formación. También Barrero destacó que la familia no puede quedarse al margen de estos cambios ni poner frenos; al contrario, debe asumir su papel de orientar y dar criterio.
Para Barrero, muchos de estos cambios, que ya están en marcha, pueden canalizarse formativamente a través de la Formación Profesional, a la que hay que seguir impulsando y prestigiando.