"El tratamiento de la asignatura de Religión es una vergüenza"

10 Febrero

10 Febrero 2009 por FEUSO | Noticias

En su número del mes de febrero, la revista Mundo Cristiano publica una entrevista a Antonio Amate, secretario general de FEUSO. En ella se habla de los problemas actuales de la educación, entre los que se encuentra la falta de prestigio social de los docentes y la conflictiva situación de la asignatura de Religión. Y se valora también la actitud de los llamados sindicatos mayoritarios en la preocupante crisis económica que está padeciendo la sociedad española.

MC: FEUSO ha sido uno de los sindicatos que más se han significado en defensa del profesorado de Religión. ¿Está satisfecho cómo ha quedado su situación laboral?  

Antonio Amate.- Sinceramente, no. La confusión viene alimentada de forma interesada por la Administración y lamentablemente también por algunas organizaciones que dicen representar a este colectivo de profesores. Si hay algún grupo de docentes identificado con su asignatura y con nula promoción profesional, ese  es el de los profesores de religión. El tratamiento que en España se hace de esta asignatura, con sus matices y diferencias, por supuesto, es una vergüenza. Hay una voluntad política, explícita y premeditada de reducir al absurdo esta asignatura en el conjunto del sistema escolar y, a la vez, un esfuerzo tímido y lento por mejorar las condiciones sociolaborales de su profesorado para salvar una determinada imagen política de prioridad por lo social. En el  nuevo Bachillerato planteado por la LOE, esta cuestión es evidente. Pero estas políticas tan agresivas se extienden inevitablemente a la Enseñanza Secundaria y Primaria.

¿Cómo se puede fomentar la autoridad del profesor? En general, ¿cree que el profesorado es bien tratado actualmente en el sistema educativo?

Esta cuestión es compleja, pues el colectivo del profesorado es muy numeroso y plural. Las situaciones y los contextos son muy variados también. Para responder a su pregunta hay que simplificar mucho la cuestión. Nosotros pensamos que es necesario que los profesores, que los equipos directivos de los centros, cuenten con las herramientas necesarias para hacer posible su trabajo, no sólo materiales y  pedagógica: también disciplinares. El respaldo de las familias a esta autoridad no tiene que ser simplemente estético. Si finalmente los problemas de convivencia se transforman en el “problema” de algunas escuelas, tendremos que concluir que, simplemente, ya no realizan la misión a la que están destinadas. Y esto es un fracaso de todos.

Entrevista completa en Mundo Cristiano.

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