26 Abril
26 Abril 2011 por FEUSO | Noticias
Trece organizaciones de la sociedad civil valenciana, entre las que se encuentra FEUSO-CV, representativas de diversos sectores de la comunidad escolar, han promovido y redactado un Manifiesto mediante el que “propugnan la libertad de pensamiento y de educación”. El documento se presentó el 19 de abril en un acto que tuvo lugar en el Salón de Actos del Colegio Mayor Universitario La Asunción. En el Manifiesto aparece expresamente el reconocimiento de la labor del profesorado, por lo que debe reforzarse su autoridad, y el respto a la libertad de los padres para educar a sus hijos en sus propias convicciones.
Además de FEUSO, otras entidades que suscriben el texto son FSIE-CV, APPRECE-CV; las asociaciones de profesores APEREVA, As. Católica de Maestros de Valencia y As. de Educadores Cristianos de Alicante (AECA); así como Alicante Educa en Libertad (AEL), Castellón Educa en Libertad (CEL), Valencia Educa en Libertad (VAEL), la Asociación Juan Pablo II por el Desarrollo Humano, la Institución FASTA, la Unión por la Mejora de la Enseñanza en Libertad (UNIMEL) y la Federación Educación y Desarrollo en Libertad (FEDEL).
Tomando como referencias inevitables la Constitución española y diversos tratados internacionales sobre educación, el Manifiesto expresa la preocupación “por el avance del estatalismo en la educación, por la pretensión de imponer en la escuela una determinada concepción de ciudadanía, en el contexto del cambio radical que se está operando en la concepción del hombre”.
A continuación, detallamos los principios y valores que, a juicio de las citadas entidades, han de inspirar la acción educativa. Estos son, en síntesis, algunos de ellos:
• El respeto de “la libertad de los padres para educar a los hijos en sus propias convicciones”.
• La no imposición de asignaturas ni actividades de “carácter proselitista o de adoctrinamiento”.
• El pleno ejercicio de la libertad de elección de centro, para lo que se hace imprescindible una auténtica “libertad de creación de centros”.
• La necesidad de que nuestro sistema educativo forme en las virtudes heredadas “del derecho romano, la filosofía griega y la cultura cristiana”, que constituyen el sustrato de “nuestra civilización común”.
• El “reconocimiento” de la labor del profesorado, reforzando su autoridad.
• Una concepción “integral” de la educación que, con la familia “en primer lugar”, abarque a “todos los actores implicados”.
• La consideración de la persona como “el centro de la educación”.
• El respeto del derecho paterno a “elegir que la educación de sus hijos se imparta en su lengua materna”.
