23 Marzo
23 Marzo 2015 por FEUSO | Noticias
José María Alvira Duplá, Secretario General de Escuelas Católicas, fue el invitado del XXI “Diálogo de Educación”, que organiza la confederación de padres y madres COFAPA. El acto se celebró en Madrid el 18 de marzo y asistieron una delegación la Comisión Ejecutiva estatal de FEUSO y de FEUSO-Madrid.
La intervención del Secretario general de Escuelas Católicas resultó muy interesante, pues abordó de manera muy directa la situación en la que se encuentra la educación española, con sus luces y sus sombras. De manera especial, trató sobre la actualidad educativa –la crisis, la LOMCE, la polémica pública-concertada…- y también sobre la realidad de los centros católicos en España.El punto de partida de su ponencia fue el artículo 27 de la Constitución de 1978. Para él, este artículo es el principio de un Pacto de Estado por la Educación que en las décadas siguientes no llegó a materializarse, pues las posturas entre los diferentes modelos educativos quedaron permanentemente enfrentadas.
La intervención del Secretario general de Escuelas Católicas resultó muy interesante, pues abordó de manera muy directa la situación en la que se encuentra la educación española, con sus luces y sus sombras. De manera especial, trató sobre la actualidad educativa –la crisis, la LOMCE, la polémica pública-concertada…- y también sobre la realidad de los centros católicos en España.El punto de partida de su ponencia fue el artículo 27 de la Constitución de 1978. Para él, este artículo es el principio de un Pacto de Estado por la Educación que en las décadas siguientes no llegó a materializarse, pues las posturas entre los diferentes modelos educativos quedaron permanentemente enfrentadas.
Alvira resumió estas posturas en dos modelos: los que privilegian la igualdad de oportunidades y los que consideran innegociable la libertad de enseñanza. Con sus problemas y sus aciertos, durante años han convivido los centros públicos y los centros concertados, pero el debate de fondo ideológico y político ha seguido latente. En los últimos años, además, las cosas se han complicado pues la crisis económica y social que estamos padeciendo se ha trasladado también al ámbito educativo, reabriendo una guerra escolar que ha dejado al descubierto la incapacidad de muchos partidos políticos y asociaciones y sindicatos de asumir lo que en su momento refrendó la Constitución: que la libertad de enseñanza es un derecho que no puede interpretarse según el antojo del político de turno. La ideología una vez más ha arrasado las posturas educativas, impidiendo de paso que se alcance cualquier tipo de acuerdo o de Pacto.
Alvira defendió el derecho democrático, civil y social que tiene la Iglesia de estar presente en el mundo educativo. Sus aportaciones, también ahora, enriquecen la educación, aportando valores positivos a los alumnos y a la sociedad en general. Además, resaltó la alta demanda que tienen estos centros, que cuentan con un reconocido prestigio educativo y social. El Secretario General de Escuelas Católicas ahondó en los valores que aporta este modelo educativo, sustentado en la profesionalidad educativa, en la identidad cristiana y en la promoción de unos valores que parten de los principios antropológicos del Evangelio.
La última parte de su intervención estuvo dedicada a apuntar cuáles son para Escuelas Católicas los retos más importantes que tiene planteados la educación española y qué habría que hacer en el futuro desde un punto de vista político, educativo y social.En primer lugar, el principal reto que tienen los centros católicos, y la educación en general, es armonizar la libertad y la igualdad. Para Alvira, la Enseñanza Concertada encarna este reto y sus soluciones, pues promueve los valores de la igualdad, la participación, está abierta a todos los alumnos y facilita la libertad de elección para las familias.
Para aceptar esto, es necesario que el ambiente social abandone el constante y polémico enfrentamiento entre la pública y la concertada, del que sale perdiendo la educación, y que los debates educativos se hagan de manera sosegada, sin provocar demagógicamente una guerra escolar, actitud que impide un serio y riguroso debate sobre asuntos tan importantes.
Otro reto es la atención a los más débiles y desfavorecidos como una prioridad educativa en todos los centros, de manera especial en los centros de Escuelas Católicas. Esto debe traducirse, como ya se está haciendo, en actuaciones sistemáticas en esta dirección, fortaleciendo esta prioridad.También, que debe crearse en los centros un clima de colaboración entre padres, alumnos y profesores, la clave para ir unidos en la misma dirección. Además, en los centros se debe potenciar la innovación y la creatividad con una intención muy clara: que los medios (también los tecnológicos) están al servicio de los fines.
José María Alvira pide también que el profesorado tenga un merecido reconocimiento social que prestigie su labor educativa y docente. Este reconocimiento debe favorecer que se prestigie además el ascenso a la función docente, con un profesorado vocacional y seriamente preparado. Por último, pidió también el reconocimiento para el papel que desempeñan los titulares de los centros, cuya acción está siempre al servicio de la sociedad.
Finalizó su intervención con una reflexión sobre la acción educativa y religiosa que realizan los centros católicos, que tienen también como reto y finalidad presentar el mensaje evangélico de una manera positiva y con el lenguaje de hoy.
A continuación tuvo lugar un interesante debate donde volvieron a abordarse cuestiones educativas de actualidad como el desarrollo de la LOMCE, las próximas elecciones autonómicas y su posible repercusión en las políticas educativas de cada Comunidad, la defensa de la enseñanza concertada, etc.
La Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA), organizadora de estos Diálogos, es una entidad de ámbito estatal que agrupa a trece Federaciones Autonómicas y representa a los padres de casi 900.000 alumnos de centros de iniciativa social. Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que defiende los derechos y libertades que tienen los padres en la educación de sus hijos, aunando esfuerzos para lograr el objetivo común de una educación de mayor calidad para todos.