FEUSO, en el “Diálogo de Educación” de Cofapa con el sociólogo Salvador Cardús

01 Abril

01 Abril 2014 por FEUSO | Noticias

Autor de numerosos trabajos relacionados con la educación y la sociología, Salvador Cardús fue el invitado del 17 “Diálogo de Educación”, que organiza la confederación de padres y madres COFAPA. El acto se celebró el 27 de marzo en Madrid y asistieron una delegación la Comisión Ejecutiva estatal de FEUSO y de FEUSO-Madrid.

 Salvador Cardús es Doctor en Ciencias Económicas y profesor titular de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Tiene un gran prestigio como ponente en el ámbito educativo y es autor de algunos libros que han provocado fructíferos debates, como El desconcierto en la educación y Bien educados. La conferencia y el posterior debate resultaron muy interesantes, pues Salvador Cardús consiguió escaparse de la férrea retórica educativa, que impone una única manera y un único lenguaje (político-sociológico-educativo) de afrontar los problemas educativos. Para Cardús, lo importante es acercarse de verdad a la realidad, sin anteojeras ideológicas, y reconocer abiertamente lo que está bien y lo que está menos bien. Pero no porque los criterios políticos obliguen a ver la realidad educativa de determinada manera.

Comenzó su intervención subrayando esta necesidad de huir de la retórica, cómodamente instalada en los análisis educativos, retórica que se extiende también a las pruebas internacionales, cuyas conclusiones conviene relativizar. En este sentido, Salvador Cardús explicó que “no comparte el tremendismo y el catastrofismo tan extendido a la hora de analizar la realidad educativa”. Para él, “el pesimismo no está apoyado en la realidad empírica”. Hay, comentó, una cierta complacencia en contar desgracias educativas, aireadas tanto por los medios de comunicación como los agentes educativos. Esto lo único que hace es fomentar el derrotismo.

Luego centró su intervención en torno a dos ideas, que abordó con profundidad y amenidad. La primera fue un encendido “elogio de la incertidumbre”. Analizando con una perspectiva crítica los últimos decenios, Cardús concluye que la apoteosis de la posmodernidad a lo único que ha conducido ha sido a una generalizada “crisis de valores” que afecta directamente a la educación, sobre todo a padres y a educadores, que han caído en la trampa de la sobreprotección de los hijos y de los alumnos como una de sus consecuencias. Con algunas anécdotas muy divertidas, Cardús demostró cómo los padres no resisten las frustraciones de los hijos. El resultado es que la educación se ha dedicado a todo menos a lo más importante: dar respuestas a las incertidumbres propias de la condición humana, que deben estar presentes en la educación. En este sentido, Cardús se mostró optimista a la hora de analizar el momento presente: según él, a pesar de la crisis, estamos en el camino de dar una respuesta positiva desde la educación a las necesidades existenciales y vitales de los alumnos. Muy interesante esta reflexión de Cardús, totalmente contraria a la tendencia a consagrar el éxito fácil como la mejor vía para alcanzar la felicidad.

La segunda idea que desarrolló fue la importancia de promover las virtudes clásicas en la educación de los hijos. Desconfía Cardús de la obsesión por los valores, otra trampa retórico-educativa que se acaba volviendo contra la propia educación. Salvador Cardús explicó después, con muchos ejemplos, la necesidad de inculcar en los alumnos y en los hijos estas virtudes y sus consecuencias.

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