06 Mayo
06 Mayo 2010 por FEUSO | Profesorado de religión
En los últimos días se habla del uso del velo en las aulas. Unos hablan de derechos, otros hablan de discriminación, muchos hablan sin saber, otros parece que saben demasiado. Cada cierto tiempo, por una razón o por otra, se generan debates sobre lo religioso en el ámbito público y más en concreto en la escuela, pero sin llegar a ninguna parte.Veamos un ejemplo concreto que afecta a la presencia de una asignatura, la de Religión, en las escuelas. Si miramos el mapa educativo en las diferentes comunidades autónomas, veremos que pocas asignaturas (o ninguna), atraviesan una situación tan irregular y en ocasiones ilegal, como la asignatura de Religión. Como siempre, de fondo está el eterno debate planteado por algunos sectores sobre si esta asignatura debe o no impartirse en la escuela. La Constitución, las sucesivas sentencias de los Tribunales que confirman la legalidad de su presencia en las aulas, la demanda social de las familias que optan por ella y la situación en Europa, donde la presencia de la asignatura es generalizada, ya deberían haber normalizado la situación hace tiempo. Pero no es así. Hay determinados colectivos, o equipos directivos, o responsables educativos, o personas concretas, que creen que están por encima de la ley, o que ellos la interpretan mejor, y hacen todo lo posible para que esta asignatura, y sólo ésta, se imparta en las peores condiciones académicas. Parece que es políticamente correcto meterse con la asignatura de Religión y de paso con su profesorado.
A este sindicato van llegando cada cierto tiempo información sobre colegios donde el director o directora comunican verbalmente al profesorado de religión, que no puede colgar en las paredes de las aulas el material didáctico de su asignatura, o que no puede exponer en los pasillos los murales o trabajos del alumnado, o que no puede realizar actividades complementarias, justificando, como única razón, que puede molestar a los que no van a religión. Y lo gracioso es que se quedan tan anchos. Pues hay que recordar que esa prohibición es ilegal, nada pedagógica y claramente discriminatoria. Estas actuaciones son puntuales, lo cual indica que el sentido común abunda en las escuelas, pero conviene recordar estas situaciones para que no se generalicen, y así evitar demandas judiciales que a nadie benefician.
Otro capítulo aparte, que está exigiendo una intervención por parte de las autoridades educativas, es la regulación de la denominada alternativa a religión, donde nos consta documentalmente, que en algunos centros, según nuestros abogados, se están cometiendo irregularidades e incluso ilegalidades. Esperemos que en Navarra se reconduzca en breve este tema.
La Federación de Enseñanza de USO no sólo ha reconocido y reconoce al profesorado de religión, sino que también defiende y defenderá la presencia digna de esta asignatura.
Fernando Jorajuría Zabalza
Federación de Enseñanza de USO-Navarra