Entrevista con Antonio Amate, Secretario General de FEUSO

28 Julio

28 Julio 2008 por FEUSO | Noticias

“La primera reivindicación para la Enseñanza Concertada es el concierto del Bachillerato”

El V Congreso de la Federación de Enseñanza de USO, celebrado en Tarragona el pasado mes de abril, eligió a Antonio Amate Cruz como nuevo Secretario General. Unos meses después de su elección, hemos mantenido una entrevista para que explique los planes de FEUSO y la situación que vive la educación española.


1. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones del V Congreso?

Muchas fueron las cuestiones que se abordaron en nuestro V Congreso y que quedaron reflejadas en la Resolución General y en las Resoluciones Especiales que se aprobaron y que figuran íntegras en el último número de la revista de nuestra Federación.
Pero el V Congreso no puede aportar fórmulas magistrales que resuelvan de un plumazo  problemas tan complejos. Nadie puede hacerlo. Pero sí que se pueden aportar propuestas y orientaciones parciales que mejoren el conjunto y lo encaminen hacia una situación nueva.

2. ¿Cuáles son esas propuestas?

Yo aplicaría un primer tratamiento de choque que consistiría en tres recetas:
En primer lugar, estabilidad y coordinación. Es la primera medicina que habría que recetar. No son necesarias nuevas leyes. Mejoremos lo presente a partir de la legislación actual. El mapa de toma de decisiones en la educación española es sumamente desesperanzador. La Conferencia Sectorial de Educación, actualmente, tiene un papel y está dotada de unos recursos humanos y materiales ridículos en comparación con las exigencias de un sistema educativo con el nivel de descentralización del que nos hemos dotado. No puede haber grandes acuerdos con eficacia general y práctica si no existe una coordinación razonable entre las Administraciones. El PP y el PSOE deberían reflexionar sobre esta realidad y construir esa coordinación con espíritu duradero.

En segundo lugar, financiación y transparencia. Son necesarios más recursos materiales para tener un sistema educativo acorde con la realidad económica y social. Nosotros hablamos del 7% del PIB como referencia del gasto educativo. También hablamos de explicar mejor a la sociedad por qué es necesario un nuevo y mayor esfuerzo de inversión en educación para evitar desconfianzas motivadas por la sensación general que existe de “despilfarro” de los recursos públicos y de cansancio por la mera repetición del estribillo “más dinero” desde los sindicatos y las organizaciones e instituciones educativas.
En tercer lugar, formación y mejora de la actividad docente. Yo creo que actualmente tenemos un buen profesorado en todas las aulas, tanto públicas como privadas. Si no sería inexplicable que el sistema funcionara a pesar de los males que soporta. Pero España siempre ha sido un país de autodidactas. El mayor capital de nuestro sistema escolar son sus profesionales y el esfuerzo “privado” que realizan para estar a la altura de los retos que afrontan. Mejorar la formación inicial de este profesorado está ahora al alcance de la mano con los nuevos grados y postgrados universitarios. También elevar el nivel de exigencia en el acceso a la función docente. También mejorar el contexto en el que desarrolla su actividad: los centros, para evitar que el único banderín de enganche de las academias de formación para opositores a la función docente se reduzca a los “sueldos suficientes”, a la jubilación asegurada y a las vacaciones “sobresalientes”.

3. ¿Qué prioridades tiene ahora la Federación de Enseñanza de USO?

Nos hemos marcado importantes objetivos de naturaleza organizativa y de acción sindical. Ambos tienen sentido de forma conjunta, pues sin un desarrollo de la organización no es previsible  una acción sindical eficaz. En los próximos meses los órganos de la Federación aprobarán planes de acción anuales que marcarán ambas líneas de trabajo de forma ordenada.

Nuestras metas son claras. Un crecimiento cuantitativo y cualitativo de la afiliación. Una mayor participación de esta afiliación en la vida orgánica y en la actividad sindical en los centros de trabajo. Finalmente una acción sindical organizada para mejorar nuestra representación electoral  y dar a nuestras propuestas y valores un papel más decisivo en el escenario educativo.

6. ¿Qué reivindicaciones tiene FEUSO para la enseñanza concertada?

Yo destacaría en el momento actual varias. La primera el concierto del Bachillerato. La estructura del nuevo bachillerato es muy deficiente desde el punto de vista pedagógico y organizativo. Sin el concierto de esta etapa, los centros tendrán muchas dificultades para seguir ofertándola en condiciones económicas viables. Para el profesorado supondría un logro histórico que permitiría la equiparación de sus salarios con los de los demás niveles concertados.

En segundo lugar  un tratamiento del régimen de conciertos más justo para los centros y sus trabajadores. Tenemos la sensación permanente de estar “de prestado” en el mapa escolar. Y sin embargo la LOE no dice esto. Por un lado, la dotación económica a los centros es deficitaria de forma crónica y premeditada. Por otro, la homologación de sus trabajadores con los de la enseñanza pública parece el cuento de “nunca acabar”. Salarios, jornadas, plantillas… tenemos una realidad muy desigual y muy injusta a nivel estatal, pues el principio de “a igual trabajo igual salario” hoy parece una utopía según la comunidad autónoma donde nos encontremos.

En tercer lugar aplicaría el principio de la libertad de enseñanza con más generosidad. No olvidemos que la razón de ser de los conciertos educativos es la importantísima demanda social de escolarización en estos centros. Aquí compiten permanentemente dos visiones de la sociedad. La de quienes piensan que un papel totalizante de lo “público” es el mejor camino para garantizar y promover una determinada forma también de entender la “igualdad”, y la  de quienes pensamos que la sociedad y sus iniciativas tienen un valor esencial para  la construcción de un pueblo que el Estado y las leyes deben garantizar y respetar mediante un amplio marco de libertades.

7. A diferencia de otras organizaciones sindicales, en FEUSO se apuesta por la complementariedad de los modelos público y privado. ¿Qué valoración tiene de la enseñanza pública?

La mejor… Si miramos a sus profesionales. Tenemos  la suerte de contar con un profesorado casi heroico en la enseñanza pública. Es la “fiel infantería” del sistema si me permite la comparación. Hemos llegado a un punto en el que la petición más unánime es “que nos dejen hacer nuestro trabajo”. Porque existe la sensación de que una multitud de legisladores, pedagogos, expertos… deciden para hacer en las aulas sin contar con quienes después entran en ellas y tienen que poner en práctica sus “teorías”. Aquí los grandes aparatos sindicales cooperan demasiado con esta realidad. Al final los problemas concretos como la convivencia en los centros, la definición de una auténtica carrera profesional, la mejora de las plantillas para hacer posible la atención a la diversidad… parecen ahogarse sin tener nadie interesado en resolverlos.

8. La USO cuenta con una importante representatividad entre el profesorado de Religión. ¿Qué futuro les espera?

Lamentablemente, es un futuro algo incierto. Hay que recordar a quienes vinculan la salida de la asignatura de Religión de la escuela pública con un ideal de modernidad y de laicidad, muy mesiánico por otra parte, que nos encontramos con dos hechos esenciales que no se pueden obviar. Uno es la demanda de las familias. Altísima. Si queremos integrar más a las familias, a todas las familias en la escuela, tenemos que tener en cuenta sus perspectivas. Otra de naturaleza académica, pues desconocen los actuales contenidos de esta asignatura. Yo enmarcaría este rechazo a la presencia de la Religión en la escuela en la “decadencia” general de las humanidades. La facilidad con la que asignaturas como la Filosofía pierden horas y por tanto contenidos en el nuevo Bachillerato es otro síntoma clarísimo.

Nosotros pensamos que la educación es algo más que aprender a hacer cosas productivas. Preparar gentes para que ocupen puestos de trabajo parece urgente. Aquí recurriría a lo que decía Ortega, pues la preocupación por lo urgente nos está haciendo perder la pasión por lo importante. Si en la escuela hay que enseñar a hacer tareas como manejar el ordenador o conocer las señales de tráfico, cosa que los estudiantes van a aprender de todos modos por su cuenta y riesgo, o si hay que incluir en el currículum materias de Humanidades, que preparan para tener sentido de la historia, dominio de la lengua, capacidad de criticar, reflexionar y argumentar. Que no son competencias para desempeñar una ocupación, sino capacidades del carácter para dirigir la propia vida. Nada más y nada menos. •

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