“La clase”: El microcosmos de un instituto francés

07 Enero

07 Enero 2009 por FEUSO | Noticias

Esta novela se publicó en 2006 y ha tenido un espectacular éxito; sólo en Francia, se han vendido más de 200.000 ejemplares. En 2008, una adaptación cinematográfica dirigida por Lauren Cantet y en la que el autor, François Bégaudeau es el guionista y también actor principal, ha obtenido la Palma de Oro en el festival de Cannes 2008. La película, como la novela está a medio camino entre la ficción y el documental. “La clase” se estrena en España este mes de enero.

A los numerosos ensayos que intentan explicar qué está pasando hoy en la enseñanza, hay que sumar también algunos libros que en clave de ficción abordan las mismas cuestiones. Es el caso de Mal de escuela, del francés Daniel Pennac (www.feuso.es), libro dedicado a cómo se puede recuperar a los malos estudiantes y en el que se mezclaba el ensayo con la autobiografía. La clase es una novela que tiene también un valor documental. Su autor es un profesor, periodista y escritor (es la tercera novela que publica) que intenta describir el microcosmos escolar centrándose en la vida de un profesor de francés de un instituto de un barrio conflictivo de París, plagado de alumnos inmigrantes.

La novela se desarrolla en un curso escolar. François es un experimentado profesor que lucha todos los días por enseñar a sus alumnos a manejar correctamente la lengua francesa. No lo tiene fácil. La mayoría de sus alumnos son extranjeros y aunque lleven ya años en Francia el francés suele ser su segunda lengua. Además, los alumnos manifiestan por lo general un nulo interés por aprender y muchos de ellos se dedican, como juego, táctica o estrategia de rebeldía, a entorpecer el desarrollo normal de la clase. François debe dedicar muchas de sus energías a mantener el orden, a hacer partes por indisciplina, y a acompañar a los alumnos más díscolos a visitar al director. También se describe el ambiente de la sala de profesores -los comentarios, las inquietudes, los problemas- y las decisiones que se toman en las reuniones de profesores y en el Consejo Escolar. Y las visitas de los padres, desbordados, incapaces de hacer nada, superados por las circunstancias, portadores casi siempre de tristes noticias familiares.

François Bégaudeau se limita, sobre todo, a narrar, a dejar constancia de lo que está pasando, sin apenas reflexiones. Su interés es anotar la vida misma. Y en sus intenciones estéticas tienen un papel muy especial los diálogos: vivos, instantáneos, reales... Estos diálogos muestran sobre todo las carencias idiomáticas de los alumnos, que no son capaces de saber en muchos casos de qué se está hablando si se les saca de su argot, y las continuas y agotadoras correcciones del profesor para que se expresen bien.

No se muestra en ningún momento una imagen idílica ni de los alumnos ni de los profesores, y esto, aunque suponga no aportar soluciones idealistas, es un acierto, pues a menudo, cuando se habla de la escuela, lo que se cuenta es cómo deberían ser las cosas y no cómo son en realidad.

La clase
François Bégaudeau
El Aleph. Barcelona (2008). 232 págs.

 

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