Amalia Gómez publica "La escuela sin ley", un análisis sobre la violencia escolar

03 Febrero

03 Febrero 2009 por FEUSO | Noticias

Amalia Gómez acaba de publicar en la editorial La Esfera el libro La escuela sin ley, donde entre otras se afirma lo siguiente: “No se puede pedir a los profesores que sean al mismo tiempo docentes, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y policías”.

Desde 1996 hasta el 2000, la autora de este libro sobre la violencia escolar fue Secretaria de Estado del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Pero antes, Amalia Gómez, licenciada en Filosofía y Letras, fue profesora de Historia en un instituto de Sevilla. Su experiencia política y su experiencia docente marcan el tono de este interesante estudio que analiza, a ras de suelo, las causas de la violencia escolar, su influencia en los centros educativos y el papel que desempeña la sociedad en un problema que conviene no minimizar.

La autora intenta plantear el problema desde una perspectiva integradora y educativa, sin caer en la trampa de la demagogia y la visión apocalíptica, que tanto gusta a determinados estudiosos y medios de comunicación. Para Amalia Gómez, la violencia escolar es un fenómeno que muestra las grietas de nuestra sociedad y de nuestro sistema educativo. En este sentido, resulta interesante de leer el apéndice en el que hace un apretado resumen de la historia reciente de la educación española, destacando aquellas medidas que contribuyeron a mejorar el sistema educativo y criticando abiertamente otras propuestas contemporáneas que han sumergido a la educación española en un permanente estado de crisis. Y es verdad. La violencia que se vive en las aulas es un fiel reflejo de la violencia social. Los alumnos no viven en una burbuja de cristal; lo que viven y ven en la calle, en la familia, en los medios de comunicación, en Internet..., se traslada después al centro educativo, contagiando las relaciones humanas y los intereses educativos. Pero también es cierto que un sistema educativo fofo, blando, mediocre influye de manera muy negativa en el rendimiento y en el estado de ánimo de los alumnos. Para Amalia Gómez, “no se erradicará la violencia mientras no se establezca un modelo educativo más serio en su concepción, más ambicioso en sus objetivos, más generoso en sus medios y, sobre todo, más comprometido con la calidad de la enseñanza”. La violencia en la escuela no es ajena a la realidad escolar.

En los primeros capítulos analiza la dura realidad educativa y social que se vive en no pocos centros, con un notable incremento de víctimas y agresores y, lo que es casi peor, los cómplices de la violencia. La situación ha desbordado a los docentes, a los que “no se puede pedir que sean al mismo tiempo docentes, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y policías en su centro escolar”. Ante este panorama, muchos profesores, y también el Personal de Administración y Servicios, solo se plantean sobrevivir. Este ambiente y sus consecuencias influyen negativamente en el ánimo de los docentes, que contemplan cómo han perdido autoridad sin que nadie haya hecho absolutamente nada por evitarlo. En este sentido, Amalia Gómez se muestra crítica con aquellos Consejos Escolares que han pretendido inmiscuirse y cuestionar las tareas propias de los docentes.

También dedica una especial atención a otras formas de violencia, más sinuosas pero cada vez más peligrosas, como el ciberbullyng, con el auxilio de las nuevas tecnologías para multiplicar los efectos negativos. Otros temas que aborda son la importancia de actuar también en el entorno social de los alumnos, el papel de los tutores y de los Departamentos de Orientación, la compleja situación en la que se encuentran las familias, etc. Para la autora, los centros educativos deben intentar actuar de una manera más global, para atajar los problemas no sólo cuando se manifiestan en los centros educativos sino antes. Esto la lleva a hablar de las diversiones, del fenómeno del botellón, del ocio juvenil, etc. Pero una y otra vez vuelve a uno de los hilos conductores del libro: el sistema educativo tiene graves fisuras que agravan situaciones críticas como el absentismo, el fracaso y el abandono escolar, con sus perniciosas consecuencias sociales. Amalia Gómez es clara: “no habrá calidad sin normalidad en las aulas”. Un derroche de sentido común.

La escuela sin ley
Amalia Gómez
La Esfera. 250 págs. 17 €.
 

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